Su sombría mano
va abrazando al día.
Le va quitando la ropa,
le da cobijo y lo arropa.
En este lugar urbano
va dejándote fría.
Desaparece el pájaro y su silbido,
resurge el gato del olvido.
Día de cabello cano
que en su juventud se reía,
a ti te facilita el paso,
a ti, noche de oscuro raso.
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