De vuelta a la ciudad


Iba andando por la calle

cuando de pronto

abrí los ojos

y me fasciné

con esas luces naranjas

que me seguían

a todas partes.

Aligeré el paso

y ellas me iban

comiendo el terreno,

pero yo jugaba

con ventaja,

tenía el as de picas

en la manga

y lo saqué.

En las calles estrechas

no caben farolas.

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