Iba andando por la calle
cuando de pronto
abrí los ojos
y me fasciné
con esas luces naranjas
que me seguían
a todas partes.
Aligeré el paso
y ellas me iban
comiendo el terreno,
pero yo jugaba
con ventaja,
tenía el as de picas
en la manga
y lo saqué.
En las calles estrechas
no caben farolas.
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