Frescor de verano



Me encanta tocar tus hielos en pleno verano cuando mas fácil se derriten. Abrirte y dejarte fluir, pero no de corrida, por mi opaco interior hasta el fondo de mi ser. Relamerte con mi lengua hasta que se quede dormida, yuxtaponerla con tu sabor y dejarme con ganas de seguir, de querer más, gracias a tu meloso aliento que se queda en mi garganta.

Me encanta cuando te bebo y no me sabes a nada, y medio minuto después, sin saber a qué viene, me inundo en escalofríos, muestra de que siento debilidad por ti. Puede que sea eso lo que mas me guste, tu frescor, la incertidumbre de que pasará en el siguiente trago.

Ahora, ya solo me queda un último sorbo, lo tomaré, lo saborearé como ninguno, será el que más mantenga en mi boca, y después de atravesar mi nuez, ya solo quedará soltar el vaso.

1 comentario:

  1. Me alegro que encuentres la sensación y su morbo, ya no solo en el primer sorbo. Suelta el vaso con cuidado, no lo rompas, quién sabe cuándo puedes volver a necesitarlo...

    ResponderEliminar