El otro día.

Vi la muerte,
verla, vivirla, no sentirla.
Una caja de habanos
con un cierre dorado
llena de cenizas y una falange,
extraída horas antes, sobre ella.
La sangre empapa la cubierta.
Negligencia del conocido
que hace de un bálsamo etéreo.
Sed de flor, sed de llanto.
Sigo notando el estado del asfalto,
la ciudad es desagradable.