Luz negra en la madrugada
que murió en el metal,
el sueño de mi vaso
brilló entre las nubes.

Marrón frío que abrió
paso al verde ardiendo.

Carne flácida que aborda
las orillas promiscuas
del río de liquido viscoso.
Dos dedos que no danzan
al son de un 14 de febrero.

Sincrónico.

 Fotografía de Thomas Canet.

Contar las horas de tu reloj
mientras se deshojan
con la puesta en marcha 
del acero flemático.

Dejar en el tintero
la fotografía en el recuerdo
de una noche que enferma 
al invierno de enero.

Acuchillar a la benelofobia
que se oprime entre los cortes
ensangrentados de los bordes 
suculentos y carnosos.