Yo, sin embargo,
si me encontré.

Me hacía la imagen
de que ibas escribiendo
en una especie
de aguja del espacio.

Lo leí,
me motivaste un amago
de sonrisa en mi ser
(te lo agradezco)
al haberme recordado
recuerdos sin olvidar.

Extraña, mejor,
(te lo recomiendo)
el verso en el que sí te incluí,
te encerré en un cajón
temporalmente, eché la llave,
exclusivamente para mí.

Ahora
rompe tu billete de avión,
y aunque te fuiste,
no te marches.

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