Él.
Él es
ciprés,
de hedor,
arrebatador,
en íntimos pies
hay un perdido dolor
y cruces a su alrededor,
en lo más alto, en el cielo,
hay yerto y oscuro verdor,
un árbol sanado de estupor,
ya acaricia la sanguinolencia,
nadie exigió mera clemencia,
la médula se interferencia,
y se rodea de paciencia,
con su madera rojiza
que paraliza.
Ciprés.
Él es,
árbol
del revés.
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