Síndrome de contradicción

Constantemente
ha caminado
sobre mi prominente testa,
sin desistir,
la idea,
el hecho,
la posibilidad,
de que la contradicción
es la virtud
más sublime
que aborda al hombre,
y por supuesto,
a la mujer,
pero tenía mis dudas,
que se despejaron
cuando llegó,
bajo las farolas,
la noche de aquel día.
La idea a la que apelaba
en ese momento
se redimió
en hechos posibles.


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