Fotografía de Thomas Canet.
Contar las horas de tu reloj
mientras se deshojan
con la puesta en marcha
del acero flemático.
Dejar en el tintero
la fotografía en el recuerdo
de una noche que enferma
al invierno de enero.
Acuchillar a la benelofobia
que se oprime entre los cortes
ensangrentados de los bordes
suculentos y carnosos.
Personalmente, con la punta de ese cuchillo le daría cuerda al acero flemático. El invierno no deja de ser algo transitorio.
ResponderEliminarEn lo más crudo del invierno descubrí al fin que había una primavera y un verano invencible en mi.
ResponderEliminarQué intenso. Y crudo. Como la carne a fuego lento en la sartén. Así se siente esto. Así he sentido esto.
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