Fotografía de Thomas Canet.
Contar las horas de tu reloj
mientras se deshojan
con la puesta en marcha
del acero flemático.
Dejar en el tintero
la fotografía en el recuerdo
de una noche que enferma
al invierno de enero.
Acuchillar a la benelofobia
que se oprime entre los cortes
ensangrentados de los bordes
suculentos y carnosos.